Kim (izquierda) fotografiada con su madre.
Cómo hablar con su mamá sobre su historial de salud puede ayudarle a mantenerse al tanto de su propio bienestar.
Kim (izquierda) fotografiada con su madre.
Hace un par de diciembres, sentada en mi lugar favorito para almorzar, mi mamá interrumpió la tranquila conversación con un no tan sutil “tus glándulas se ven hinchadas, quiero un examen de sangre para Navidad”. Como buena hija, le concedí a mi mamá su deseo. Ella no estaba equivocada. La condición de mi tiroides estaba un poco fuera de control. Nada importante, pero una revisión importante. He tenido un recorrido por la salud lleno de excelentes médicos, profesionales de enfermería y terapeutas, pero nadie lo influyó tanto como mi mamá.
Ella me ha enseñado las cosas pequeñas, las cosas grandes y muchas cosas intermedias. Aparte de ser influenciada por su madre, que probablemente habría sido médica si hubiera nacido una o dos generaciones después, mi madre no tiene formación médica formal, pero su tenacidad y determinación de vivir la vida más saludable posible han guiado a toda nuestra familia y nos ha dado una perspectiva amplia sobre nuestra salud. Estas son algunas cosas que mi mamá me enseñó sobre mi salud:
La nutrición es casi todo.
Mi mamá y yo tenemos la enfermedad de Hashimoto que resulta en hipotiroidismo. Ella estuvo medicada por su afección durante décadas. A lo largo de su recorrido de treinta años de tratamiento de su afección, obtuvo información invaluable, incluida la importancia de la nutrición. A través de sus aprendizajes, puedo afrontar mi afección con la dieta. Me he mantenido alejada de los medicamentos con receta hasta este punto a través de una dieta que apoya la salud antiinflamatoria y autoinmunitaria.
Conozca su historia, pero conozca su historia.
Si bien mi mamá y yo compartimos muchas similitudes médicas, no somos iguales. Recientemente, este punto se hizo evidente cuando ella percibió la necesidad de continuar con un medicamento que había tomado de forma intermitente a lo largo de los años. Sus análisis de laboratorio en zona “dudosa” combinados con una extensa historia familiar llevaron a una recomendación para continuar con el medicamento. Después de una conversación y una comprensión profunda de su historial de salud, su médico recomendó una exploración para determinar su riesgo específico. El resultado: su riesgo era casi nulo. La historia familiar, probablemente no sea su historia.
Preste atención y conozca sus cifras.
Con el ajetreo y el bullicio de la vida cotidiana, las visitas al médico pueden parecer una carga o transaccionales. Mi mamá me ayudó a darme cuenta de que mi salud tiene un panorama más amplio. Ella me enseñó la importancia de conocer mis números de salud, ya sea con mi tiroides, A1C u otros. Hubo momentos en los que me sentí muy bien, pero mis cifras contaron una historia diferente. Prestar atención a cómo me siento (física, mental y emocionalmente) es fundamental, pero también saber qué está experimentando mi cuerpo en esos momentos podría salvarme la vida algún día.
A medida que se acerca el Día de la Madre, pregúntele a su mamá qué aprendió sobre su salud y qué espera para usted. Si su mamá le sonríe este Día de la Madre, recuerde ese consejo de salud que alguna vez le dio y dale ese regalo hoy mismo.
Kimberly Lauersdorf es exvicepresidenta de Marketing de EmblemHealth.