Demencia

Afecciones crónicas de la demencia

La demencia es un término que se usa para describir la pérdida de memoria, lenguaje, resolución de problemas y otras habilidades de pensamiento que son lo suficientemente severas como para afectar la vida cotidiana. El Alzheimer es la causa más común de demencia. La demencia no es una sola enfermedad, sino un término general, como enfermedad del corazón, que cubre un rango de afecciones médicas, incluyendo la enfermedad de Alzheimer.

Los síntomas tempranos incluyen pérdida persistente de la memoria y dificultad para completar tareas simples. Si tiene preguntas o inquietudes sobre los síntomas, llame a su médico. La demencia generalmente es diagnosticada por un neurólogo, neuropsicólogo o geriatra. Los neurólogos y neuropsiquiatras se ocupan de la función cerebral o cognitiva; un geriatra se especializa en la atención de los ancianos.

Tome medidas

Si recién le acaban de diagnosticar demencia, esto puede sentirse abrumador. Asegúrese de hacerle preguntas a su médico sobre los tratamientos disponibles, las formas de lidiar con la situación y las maneras de obtener apoyo. Usted necesitará elaborar un plan de atención detallado para asegurarse de recibir la ayuda que necesita. Use este plan de acción como ayuda para comenzar y trabaje con su médico para completarlo juntos durante su próxima visita.

Aquí hay algunas cosas que puede hacer para ayudarle a llevar una vida saludable.

Su médico trabajará con usted en un plan de tratamiento que podría incluir medicamentos para controlar mejor sus síntomas. Recuerde preguntarle a su médico sobre posibles ensayos clínicos en los que podría participar. Los medicamentos pueden ayudarle con la memoria, los cambios de sueño y las alteraciones de comportamiento comunes, como sentimientos de tristeza e irritabilidad. También puede trabajar con su médico en planes prácticos de atención, como desarrollar una lista de verificación de seguridad en el hogar.

Independientemente del tipo de demencia que padezca, la clave para manejarla bien implica tomarse el tiempo para cuidar su salud física y mental. La combinación de estos hábitos de estilo de vida saludables con medicamentos, apoyo en línea y recursos similares puede ayudarle a sentirse mejor.

  • Empezar a sudar. El ejercicio cardiovascular regular eleva la frecuencia cardíaca y aumenta el flujo sanguíneo al cerebro y al cuerpo, reduciendo el deterioro cognitivo.
  • Ponerse a estudiar. Aprenda nuevas habilidades, ya sea tomando una clase en línea, probando una nueva receta o jugando un nuevo juego de cartas.
  • Dejar de fumar. La evidencia muestra que fumar aumenta el riesgo de deterioro cognitivo. Dejar de fumar puede reducir aquel riesgo a niveles comparables a los que nunca fumaron.
  • Mantener una dieta balanceada. La evidencia muestra que los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular y derrame (obesidad, presión arterial alta y diabetes) producen un impacto negativo sobre la salud cognitiva. Cuide su corazón y quizás su cerebro siga el mismo camino. Ciertas dietas, incluyendo la dieta mediterránea, pueden aportar a la reducción del riesgo.
  • Priorice el sueño. No dormir lo suficiente debido a afecciones como el insomnio o la apnea del sueño puede provocar problemas de memoria y pensamiento.
  • Controlar el estrés. Algunos estudios relacionan un historial de depresión con un mayor riesgo de deterioro cognitivo, por eso busque tratamiento médico si tiene síntomas de depresión, ansiedad u otros problemas de salud mental. Trate de controlar el estrés haciendo ejercicio y conectándose con amigos y familiares.
  • Mantenerse comprometido socialmente. Conéctese con amigos y seres queridos a través de Zoom o por teléfono y participe. Si le gusta cantar, únase a un coro local. Si ama a los animales, considere ofrecerse como voluntario en un refugio. O bien, solo comparta actividades con amigos y familiares.
  • Aplíquese. Desafíe y active su mente. Construya un mueble. Complete un rompecabezas. Haga algo artístico.

Ser diagnosticado con demencia puede resultar abrumador, pero no está solo. Hay muchos recursos en línea para ayudarle con los problemas cotidianos, como administrar la atención con amigos y familiares, navegar las fiestas, resolver conflictos, administrar las finanzas y más. Si tiene cambios de humor, asegúrese de hablar con su médico.

Podría ser útil hablar con un profesional de la salud mental u otras personas que comprendan cómo se siente. Su médico puede recomendarle un profesional de la salud mental y es posible que también conozca un grupo de apoyo local.

Junto con su médico y equipo de cuidado de la salud, es importante pensar en compartir las noticias con amigos y seres queridos. Piense en lo que es adecuado para usted en términos de tiempo; algunas personas esperan, mientras que otras se lo cuentan a sus seres queridos de inmediato. Asegúrese de responder preguntas, compartir folletos educativos y pensar en cómo podría reaccionar un ser querido.

También es importante implementar planes legales, financieros y de fin de vida para que pueda participar en la toma de decisiones que ayuden a familiares y amigos a conocer sus deseos. Obtenga más información sobre cómo planificar su futuro.

Siempre hable con su médico sobre su afección, cualquier inquietud que tenga o sobre cambios en su salud.

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