Seis principios espirituales del cuidado

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Seis principios espirituales del cuidado

Tan pocas horas del día y mucho por hacer, tanto a nivel personal como profesional. Los cuidadores familiares a menudo pueden sentirse perdidos en el recorrido del cuidado.  

04/13/2017

Estos principios para el cuidado personal ofrecen algunas sugerencias sobre cómo puede cuidarse a sí mismo y, en el proceso, ayudarlo a cuidar mejor a los demás.

Cuídese

Cuidar de amigos o familiares que están enfermos, indefensos, frágiles o asustados puede ser agotador física, emocional y espiritualmente. Por eso es esencial que primero se cuide a sí mismo, para que sea capaz de cuidar a los demás sin exceder de capacidad. Una manera de cuidarse a sí mismo es acudir a Friends In Deed en busca de apoyo.

Centrarse en cuidar, no en curar

Como cuidador, es importante reconocer la distinción entre sanar y curar. En los términos más simples, curar es cambiar lo que es (es decir, la eliminación de una enfermedad), mientras que sanar implica la capacidad de relacionarse de manera diferente con las cosas tal como son. Su papel como cuidador es hacer frente a las cosas tal como son y tener clara la tarea.

Trabajar para estar presente

Quedar atrapado en lo que sucedió en el pasado, o en lo que imagina que sucederá en el futuro, le roba los recursos que necesita para el momento de acción presente. Además, en algunas situaciones de cuidado, es posible que se enfrente a circunstancias aterradoras. Es posible que la persona a la que cuida ya esté lidiando con su propio temor. No desea añadir su ansiedad a la mezcla. Permanecer en el momento presente es una excelente manera de ayudar a controlar sus miedos.

Exprese sus sentimientos apropiadamente

Como cuidador, es posible que encuentre personas que se comportan de manera difícil de manejar. Recuerde que, por lo general, las circunstancias de la enfermedad crean la conducta. Su trabajo es no tomarlo como algo personal.  Sin embargo, si se encuentra en una situación en la que se ve obligado a expresar sus sentimientos, asegúrese de decir cómo se siente sin hacer que la persona que está cuidando se sienta “mal”. La mejor manera de hacer esto es con mensajes de “yo”, no mensajes de “tú”. (Es decir, “Tengo la sensación de que...” en lugar de “Me haces sentir...”).

Busque encontrar significado en la experiencia

Incluso en las situaciones más difíciles y desafiantes, usted puede encontrar significado, valor y propósito. Siempre puede ver que los roles se pueden invertir e imaginar cómo le gustaría ser
tratado. Una de las cosas que descubrirá, como cuidador, es que la calidad de vida no está determinada por las circunstancias, sino por cómo usted y la persona a la que cuida perciben las circunstancias.

Entienda que nada anda mal

Dada nuestra cultura, este es el principio más difícil de entender. Es fácil quedar atrapado en “si tan solo se hubiera hecho la prueba antes…” o “el médico debería haber…” o “por qué no hizo eso…”. Estas son reacciones muy humanas ante circunstancias frustrantes y tristes.  Hablando espiritualmente, todo se está desarrollando exactamente como debe ser en todo momento. No sabemos cómo se supone que va la historia. Reducimos todo el sufrimiento si podemos vivir con lo que es, sin juzgar. Existe verdadero poder en no tener que arreglar o cambiar nada.

 

Estos principios fueron elaborados en colaboración con Friends In Deed —The Crisis Center for Life-Threatening Illness.  Su enfoque es brindar apoyo emocional y espiritual a cualquier persona diagnosticada con enfermedades físicas potencialmente mortales, así como apoyo a los cuidadores, familiares y amigos de quienes están enfermos.  ¿Es usted un cuidador familiar?  

 

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